jueves, 18 de noviembre de 2010

Onirismo

Despertóme ayer la Luna
de mi más ansiado sueño,
y preguntóme, juguetona,
de quién era el soñado beso.

Ensimismado respondí
-pensando aún en sus labios-
-de una dama que a tu lado
refulge rayos dorados.

Con la ira de mil soles
se va la Luna ofendida.
Sonrío y a la cama vuelvo.

Me concentro un momento
y ahí está tu imagen, amor.
Sueño otra vez con tus labios.

Skaeg.